jueves, 1 de septiembre de 2011

8 - H.M.E.L.A.:Q.E.P.D.

Les agradezco por haberme seguido durante estas semanas. Me queda una historia buenísima en el tintero, pero ya no me da el tiempo para escribirla. La relatare en persona, después de contar como estuvo el clima, como me trataron en la oficina, y que lugares visite.
Aquí muere oficialmente el blog. Salvo que aparezca algún inversor interesado en revivirlo. O que del laburo me manden a otro lugar.
Espero que lo hayan disfrutado.

Abrazo para todos, nos vemos a la vuelta.

7 - Mi Revancha (parte 3)

No juntaron las firmas. No juntaron la guita. Pero ya la tengo escrita. Si la publico, lo hago por mí, no por ustedes. Como método de protesta, la publico “invisible”.

Ya estoy adentro. Se respiran aires de música. León estaba en el baño y me dice que pase al living. Me siento con Luisito en un sillón. El agarra un charango y se pone a tirar unos acordes (“tirar unos acordes” dije… creo que mande fruta como loco). Me comenta que tienen entradas para ir a Hollywood Bowl, a ver a un tipo tocar (me dijo el nombre, pero no hay forma que pudiera retener eso).
León se acerca descalzo, se sienta, y se empieza a poner las zapatillas. Me habla de lo increíble que es el Hollywood Bowl, que tengo que ir, que ahí tocaron los Beatles, que la gente lleva comida y bebidas al lugar, y terminan todos mamados (lo de “mamados” lo dijo él, no modifique ninguna palabra).
No sé cómo, le pregunto el motivo por el cual viene a LA para grabar un disco. Conviene por los equipos? La gente? La guita? Me dice que tiene “espaldas” para hacerlo, y por eso lo hace. Más caro, si. Mucho más caro (me comenta que hacer un discazo en ARG puede costar 10/15 lucas rucula, y que acá cuesta 50). Pero acá los músicos son mucho mejores, me dice. Y también el tipo que tiene los equipos, con el que laburamos. Nos propone cosas, pero sin entrometerse en nuestra música. Y además nos consigue a todos los músicos que necesitamos. Acá tocan, pero respetan también los silencios. Y eso es importante. En Argentina eso no pasa. Te meten un acorde en cualquier momento. Quieren mostrarse. Hasta en eso quedamos expuestos como somos los argentinos, le digo. Nos reímos. Pero dan ganas de llorar.
Me cuenta que los músicos acá cobran por hora, o por día. Depende. Depende de si trabajaron 24 hs o no. Cuac. A partir de acá, León me empezó a tirar miles y miles de nombres de yanquis supuestamente muy grosos que tocan acá, o que tocaron con él en algún disco, o que ya no tienen ganas de tocar. Creo que él se daba cuenta que yo no conocía a nadie, pero no le importaba, estaba con ganas de hablar. Así transcurrieron varios minutos… me ofrece una cerveza, pero se da cuenta que no tiene en la heladera, entonces cambia la oferta por una coca. No, gracias, ya estoy cansado de tomar coca, le digo. Además, se tenían que ir... no quería “instalarme”. Aunque hubiera estado buenísimo que volvieran del show y Luisito me encontrara durmiendo en su cama.
Me cuenta que la canción del bicentenario que hizo con Porchetto, la completo acá, con un tipo que había tocado “Imagine” con Lennon. Escuchaste la canción?, me pregunta. Sonó en los festejos del bicentenario? Porque no la tengo, le digo. Si, sonó. Entonces la debo haber escuchado, aunque sea de pasada. Cuando volví al departamento, la busque y la escuche. Por primera vez.
De lo último que me acuerdo que hablamos fue de “El Ángel de la Bicicleta”. Me conto que tenía que mezclar rock y cumbia. El rock lo busco acá, me dice. Están más adelante que nosotros. Pero la cumbia, si o si la tengo que buscar en Argentina. Ahí llame a los Pibes Chorros, que me dieron una mano. Es más, una vez que terminamos el tema, me vine para acá y lo hice grabar al baterista de Bob Dylan para agregarlo en la canción. De cada lugar, lo mejor, concluye.
Les dejo la canción para que distingan lo que les acabo de contar:


A Luisito ya se lo veía impaciente. No estaba disfrutando tanto como yo, ni se sentía tan cómodo como León. Entonces en ese momento tira un: “No quiero joder, pero ya son 7 y media pasadas, nos tendríamos que ir”. Pero la piba no viene para acá?, pregunta León. No, la tenemos que pasar a buscar, contesta. Uhhh, dice León, no me acordaba de eso, pensé que venía. Bueno, dale vamos. Nos levantamos, León agarra una pepsi light de la heladera para llevar al recital, salimos del departamento, y caminamos juntos unos metros, hasta la salida. En ese tramo me preguntan de nuevo que ando haciendo y hasta cuando me quedo.
Ya afuera, divisamos una tremenda rubia que pasaba caminando. Nos miramos los 3 y no lo podíamos creer. “Que fuerte que esta la rubia” fue lo que más se escucho decir en ese momento. Nos reímos. Nos despedimos a la distancia, y cada uno siguió su rumbo. En los días siguientes no lo volví a ver.
Me quedo con el final de la historia, la parte de la rubia. Uno podrá ser un músico genial. El otro, un tipo que se ve que tiene talento, pero que la gente no se lo reconoce demasiado. Y el otro, Luisito. (Chiste fácil). Pero los 3, argentinos. En eso somos iguales.

lunes, 29 de agosto de 2011

7 - Mi Revancha (parte 2)


La pelota estaba de mi lado. Yo le había dicho cual era mi departamento (M217), pero era al pedo. León no iba a venir a tocarme el timbre. Mas allá de que soy un tipo importante, el famoso acá era él. El tema pasaba ahora por determinar cuál era el mejor día para ir a buscarlo. Si, como cuando conoces a una mina y haces cálculos para ver que día la llamas, y que no quede ni muy cerca ni muy lejos del día que la conociste. En esa situación me encontraba.
Nos cruzamos un viernes a la tarde/noche, me fui el fin de semana a San Francisco y el lunes ya estaba de vuelta. Arito me decía que tenía que ir a buscarlo el martes. Pero a mí del todo no me convencía… Me parecía muy pronto, y no quería quedar como un desesperado. El jueves ya sonaba tarde. Así que el día para ponerla tenía que ser el miércoles. Ehhh… perdón, para buscar a León.
Respire profundo. Tome coraje. Entiendan que no es una situación sencilla. No sé cuántos de ustedes lo hubieran hecho. Pero yo para ese tipo de cosas soy medio caradura. No me importa quedar mal, o parecer un boludo. Creo que es mucho peor no hacerlo y vivir con la duda de que hubiera pasado si lo hubiera hecho… No me lo perdonaría.
El miércoles a las 19:20 hs estaba parado frente a la puerta J111. Me llevo unos segundos hacerlo. Junte el impulso necesario y actué. Así como cuando me compro ropa necesito que alguien me dé un empujón para tomar la decisión, en este tipo de situaciones encuentro la fuerza interior necesaria como para hacerlo solo. Fíjense lo raro del funcionamiento de mi mente…

Golpeo con el puño tímidamente. Espero y no pasa nada. Me impaciento. Decido ponerle más fuerza al llamado y pateo la puerta. No, mentira. Vuelvo a golpear, pero esta vez usando la manijita que hay específicamente para hacer esto. La puerta se abre. No es León. Es un tipo petiso que me pregunta qué onda. Le comento que conocí al ídolo, y que me dijo que le golpeara la puerta. León no está, se fue a andar en bicicleta, me aclaro. Volvete en una hora, hora y media, que lo encontras. OK, una pregunta, vos sos de la banda?. No, yo soy el productor y le escribo canciones. Sebastián, mucho gusto. Luis Gurevich. Nos estrechamos las manos. Le agradecí y me fui. Pueden googlear el nombre y van a encontrar al tipo. Le escribió bastantes canciones a León, y de las más conocidas.
Ahora tenía que esperar un rato. No me acuerdo que hice. Tampoco me acuerdo si el tiempo se paso lento o no. Pero entre pitos y flautas, ya eran las 20:50 hs y yo estaba nuevamente en la puerta del J111. Golpeo. Nada. Golpeo de nuevo. Me abren la puerta lentamente… es León? No, no es el. Es el petiso nuevamente. Atrás de él se veía la bicicleta. Mi astucia al estilo Sherlock Holmes me permitió advertir que León estaba adentro. Mira, León se tiro a dormir un rato. Ah, bueno… le digo yo. Igual ya nos estamos yendo, me comento. El lunes que viene, y estamos con despedidas y cenas… En ese momento me dieron ganas de patearle la cabeza. Quien le dio autoridad al tipo para meterse en el medio de mi relación con León? Estaba intentando claramente evitar que me acercara de nuevo. No sé por qué… de hijo de puta nada más. Después de 3 meses afuera del país, te cruzas a un argentino, y te agarra cierto interés en saber que hace el otro, en que anda, por que está donde está. Pero al tipo este no. Seguro nació en otro lado.
Estaba complicado. Era como si hubiera llamado a la mina y las 2 veces me mando al contestador. La primera vez dejas un mensaje, la segunda ya no. Que haces en ese caso? Esperas que te llamen (casi imposible) o llamas por tercera vez, quedando como un absoluto desesperado?
La verdad, no tengo idea que haría con la mina esta. Pero como no hay mina en juego acá, estaba claro que yo iba a seguir para adelante. A lo sumo, iba a quedar nuevamente como un boludo. Pero eso no me molestaba, ya estoy acostumbrado.
El jueves no fui, porque salí tarde del laburo y me quede comiendo algo por Hollywood. Cuando llegue, ya no daba para ir a buscarlo. El viernes, en cambio, fue distinto. Llegue más temprano, y me mentalice que lo iba a hacer. A eso de las 19.05/19.10 hs encaro nuevamente para el J111. Golpeo tímidamente. Quien me abre la puerta? El petiso, obvio. Hola, como andas me dice. Bien, quería saber si estaba León. Hubo 2 segundos en los que no me contesto, estaba ocultando algo. Pero en ese instante, escucho que la voz del genio dice desde el fondo: Ey, como andas? Y se acerca hacia la puerta. Nos saludamos, y me invita a pasar. Obviamente, acepto. Si para eso estaba yo ahí…


Siempre fui sincero con ustedes. Y esta vez no va a ser la excepción. Pensé que en 2 partes iba a poder relatar toda la historia. Pero me quede corto. Lo que viene, la 3er y última parte, es lo más jugoso.
Pero esta vez no les voy a pedir firmas en el blog para publicarla, porque veo que les cuesta un poco juntarlas. Quiero plata. Con $50 estoy hecho. Como no voy a publicar mi número de cuenta acá, lo que les pido es que dejen mensajes con su compromiso de aporte de dinero para la causa. Lo que puedan: $5, $10. No es difícil, y tampoco es una fortuna: son solo $50. Los voy a estar cobrando a mi regreso.
Me conocen, y saben que lo voy a hacer en serio. Ah, y esta vez no les doy el más mínimo changüí. $50 o no hay final.
Gracias. Vuelva prontos.

sábado, 27 de agosto de 2011

7 - Mi Revancha (parte 1)


No me la esperaba tan pronto. Sabía que en algún momento se iba a dar, pero no creía que iba a ser ahora, acá y de la manera que fue. A veces las cosas suceden cuando uno menos las espera. Y otras veces, cuando uno más las espera. Y mejor ni hablar de cuando no suceden nunca. Ahí ya me deprimo y pienso en Durkheim.
Tal como habrán leído en el primer post (si no lo hicieron, no merecen estar leyendo este), tuve una experiencia no muy satisfactoria con el gran Juan Martin del Potro. Estuve ahí nomas de transitar el sendero del triunfo, de tocar el cielo con las manos, de sentir la gloria en carne propia… de tener mi foto con un famoso. Para mí, eso es como ganar un Grand Slam.
Cuando uno vuelve de un viaje hay fotos buenas, fotos al pedo, fotos mal sacadas, fotos repetidas… pero ninguna de todas esas cotiza como la “foto con famoso”. Ahhh… esa foto es la primera que mostras. Es la foto con la que inflas el pecho y decís “mira con quien estuve, te manda un saludo”. Ahí se arma la ronda alrededor tuyo, todos te felicitan y te piden que cuentes tus anécdotas con esa celebridad. Ya sos vos la estrella. Objetivo cumplido.
Perdón por todo lo anterior, me fui por las ramas. Estaba hablando de mi revancha. Fue genial. Paso a contarles:
El viernes pasado, estaba por irme a San Francisco. Esperaba el taxi en la puerta de mi edificio, cuando veo que se acerca caminando una persona que reconocí al instante. Cargaba un bidón de agua, una bolsa de supermercado, y vestía remera y short. Lo primero que atine a decir fue obvio: “León!!!”
Si. Era el gran Leon Gieco. Nos fundimos en un abrazo como 2 amigos de toda la vida. Creo que la distancia y el tiempo alejados de nuestra tierra fue lo que nos imanto. Fue un momento único. La charla duro unos 5/10 minutos. Que andas haciendo por acá? Grabando un disco. Vos? Me mandaron del laburo por unas semanas. Hace cuanto que estas? 3 meses, ya nos estamos por volver. Mi abuela conoce a tu mujer, nómbrasela, se llama Nelly. Mi mujer no está acá, está en Argentina, en el cumpleaños de Santaolalla.
Toda la conversación fue genial. Le conté que me afanaron la computadora, y no lo podía creer. Le dije que tenía ganas de tomar una cerveza con él. Me dijo “dale, yo estoy con la banda… no me acuerdo el teléfono del departamento… tocame la puerta: J111”. En ese instante me imagine en un bar de Sunset Strip, tomando un whisky con Leon, y un par de señoritas danzando alrededor nuestro. Bastante improbable la imagen, pero soñar no cuesta nada. El tipo que empiece a cobrar por los sueños, se va a llenar de guita, acuérdense.
Sabía que el taxi estaba por llegar. Tenía poco tiempo y debía actuar. “León, puede ser una foto”. “Sí, claro” me dijo. Miramos a nuestro alrededor y no había nadie. “Probemos la autofoto” le digo. Salió pésima. Me desespero y encuentro a una mujer. Le pido que nos haga de fotógrafa. La primera sale con flash. La miramos con León y nos parece que está muy oscura. Le pedimos otra, pero esta vez sin flash. Nos arriesgamos y perdimos, porque salió un poco movida. Nos reímos, y ya no daba para sacar otra.
Nos despedimos en el mismo momento que llega el taxi. Le tire un “dale, te toco la puerta”. Me subí al taxi y estaba contento. No solo había visto y charlado con un famoso, sino que era un numero 1. Un tipo muy respetable y que supongo, todos admiramos. Pero lo más importante de todo, era que tenía mis fotos. Acá las comparto con ustedes, mis fanáticos que me siguen a todos lados, y por los que yo dejaría la vida.



Como supongo estarán muy interesados en saber cómo continua esta historia, les voy a proponer lo siguiente. Dado que últimamente nadie deja una puta firma en el blog, ni un comentario, ni nada, es que para publicar la segunda parte quiero llegar a 25 firmas. Podría ser mas guacho y pedir 50, o 100. Pero teniendo más de 150 amigos en facebook, no puede ser tan difícil conseguir 25 firmas/comentarios/saludos.
Saber cómo sigue esto, depende de ustedes.
Ah, y me voy a dar cuenta si alguno firma 2 veces con nombres distintos. Si sospecho de alguna firma, cierro el blog, me quedo a vivir acá y nunca más se enteran que paso.
Si me instalo acá, seguro encuentro ropa barata para comprarme.


miércoles, 24 de agosto de 2011

6 - El Inútil


Así me siento.
Creo que un poco también lo soy. Pero no tiene que ver con estar acá. El problema lo tengo desde siempre. Aunque hay cosas que las tengo claras, hay otros aspectos en los que me cuesta muchísimo decidirme. Y creo que el principal de ellos, es la ropa.
Estoy casi convencido que la indefinición que transito cuando tengo que comprarme ropa, tiene que ver con un trauma de chico. En general, como “hermano menor” que soy, no tuve la posibilidad de elegir demasiado, sino que gran parte de ella era heredada; o sino directamente era comprada por mi madre, sin pasar por una ámbito previo de consulta. Esto, indefectiblemente, llevo a lo que soy hoy: un boludo que no se decide cuando intenta comprar ropa.
Ya sé que suena fácil: Vas al local, miras lo que hay, elegís algo que te gusta, preguntas el precio, te parece caro, buscas algo más barato, te lo probas, te queda mal, pedís un talle menos, le decís a la vendedora que te lo llevas, vas para la caja, queres pagar con debito, no aceptan tarjetas porque te estás llevando un producto en promoción, estas justo con el efectivo, tenes que irte a un cajero a sacar plata, volves hinchado los huevos, le das la plata, te dan el producto, y te vas feliz a tu casa.
Pero en mi caso no sucede así como lo relato. Yo me quedo trabado en uno de los primeros pasos, cuando hay que elegir algo que te gusta. No sé que elegir. No sé que me gusta. No sé que me queda bien.
Con ese problema como punto de referencia, es que les voy a contar lo siguiente:
Dos sábados atrás me dispuse a ir al más grande outlet de LA: Citadel. Me subí a mi carro, y gracias a la bendita existencia del GPS, llegue a destino tras manejar unos 30/40 min por autopista.
El lugar: gigante. Las marcas que están ahí: todas. Las ganas de comprarme cosas baratas: muchas.


El tema fue que con el transcurrir de los minutos me fui dando cuenta que los precios no eran tan baratos como esperaba. Por qué? Porque eran los locales de las marcas, como en cualquier otro lugar, pero tenían cosas “rebajadas”. Y en oferta, solo las cosas que nadie suele comprar: zapatillas de mil colores, camisas feas, remeras que nadie con 2 dedos de frente usaría. Había que tener mucha suerte (y paciencia) para encontrar algo decente. Yo pude encontrar una camisa y una remera, después de mucho buscar.
Pero con el paso de las horas, el “comprate todo!!!” que escuche de parte de mucha gente antes de venir se fue diluyendo, y empezó a aparecer en mi cabeza un categórico “andate de este lugar de mierda, estás perdiendo el tiempo”. Y obviamente, fue ganando cada vez más preponderancia, hasta el momento de mi partida.
Me canse de la presión de tener buscar, tener que elegir, tener que probarme, tener que comprar… No sirvo para eso (entre otras tantas cosas). Por eso digo que me siento un inútil.
Para que muchos se queden tranquilos, les quiero aclarar que voy a intentar seguir buscando ropa de calidad a buen precio. Pero me da la sensación por lo que vi hasta ahora, que no la voy a encontrar tan fácilmente acá, en LA.
Ah. Hay algo para lo que no soy tan inútil: comprar boludeces. Por ejemplo, me compre un Mancala.


Bonus Track:
Miren como esta señora oriental llevaba a su hija por todo el lugar. Genial.

sábado, 20 de agosto de 2011

5 - Enchotarte

Me gusta el arte. No quiero sonar snob, pero hay cosas que aprecio y me agradan (no voy a decir que me conmueven porque me parece demasiado… no soy así). Además, ahora que soy artista (cuac) tengo una sensibilidad especial para reconocer el arte a mi alrededor (nos suele pasar a todos nosotros, los artistas). Pero también hay cosas que no entiendo o que no puedo terminar de apreciar, como la música. Me cuesta seguir las letras, entender lo que dicen las canciones. Me pierdo cuando los músicos “cortan” las palabras para que encajen con la música. No lo siento real ni natural. Aunque hay cosas que si me gustan. Pero no es de música de lo que quiero hablar, sino de otra cosa: el arte moderno (y más específicamente, de la pintura y la escultura).

Siempre dije que me gusta el arte moderno (creo que en realidad es el postmoderno o contemporáneo), las pinturas con muchos colores, las cosas grandes, el arte vivencial, que te hace partícipe de la obra. Puedo apreciar también cosas más clásicas (aunque también son modernas, como Picasso, Miro o Dalí). Con estas 2 últimas oraciones se debe notar que no se una goma de arte, pero no me importa. Es mi blog y escribo lo que quiero. Lero Lero.

Es por esto que busque puntualmente el mejor museo de arte moderno/contemporaneo de LA. Y me encontré con el MOCA. Y no solo eso, sino que descubrí que los jueves por la tarde es gratis. Mejor, imposible.

Ahí estuve hace unos 10 dias, después de la jornada laboral. Obviamente con auto, todo es más sencillo.  No me habrá llevado más de 45 minutos recorrerlo. No es un gran museo, no se están perdiendo nada. Pero hay algo que me indigno. Y solo en este museo, sino que lo he visto en varios. Y es que hoy en día, en nombre del arte, se permite todo. Un chancho sentado en una estufa. Una mancha negra en un fondo blanco. Una colilla de cigarrillo metida en una pecera. Y la puta madre que los pario. Todo eso ahora es arte. Que alguien me explique toda esa cagada!!! No me jodan, eso no es arte!!!

1…2…3…4…5…6…7…8…9…10.

Listo, ahora que estoy más tranquilo puedo seguir. En realidad todo esto viene en relación a algo que vi en el museo. Algo que ni por las tapas me parece arte. Es más, me parece de mal gusto. Aunque a muchos podrá encantarles, y estarían dispuestos a comprar esa obra para “colgarla” en su pared, o “ponerla” de adorno. Otros se la llevarían a la boca para sentir el gusto del verdadero arte norteamericano (no voy a decir “americano” como dicen ellos… “americanos” somos todos). Y muchos otros, la comprarían solo para compartirla con un amigo o amiga.

Que es lo que vi? Esto:


Hay necesidad???????

Una chota doble. “Double Chot” podría llamarse la obra. Eso es arte o es una malformación genética? Fui a un museo de arte moderno o al de ciencias naturales? Debería haber pedido un resarcimiento económico por el mal momento que pase?

La verdad que lo que siento es que se están yendo al carajo. Y no tengo mucho más que eso para decir…

Que va a ser de nosotros? Que nos espera en el futuro si hoy ya estamos donde estamos? Qué le vamos a dejar a las próximas generaciones? Alguien piensa en los niños? Por favor piensen en los niños!!!!

Le pido encarecidamente a quien tenga llegada a algún grupo de pintores o escultores, que transmita mi mensaje (supongo que será compartido por muchos). Y sino, estoy dispuesto a librar una batalla personal, como cuando juega Messi y sus amigos contra el resto del mundo. Aclaro que en este caso, yo sería Messi. Como les dije antes, es mi blog y escribo lo que quiero. Y si no me doy el gusto de compararme con Messi acá, donde lo voy a hacer?

Unámonos. Entre todos, podemos frenar a estos tarados que se creen artistas.


Bonus Track:
Les dejo una imagen del arte que me gusta, de un museo de acá (tranquilos… no me estoy agarrando las bolas).




viernes, 12 de agosto de 2011

4 - Derribando Mitos

Y finalmente se supo. Solo se necesitaba de un valeroso argentino como quien les escribe, para poder recoger las pruebas necesarias, y así exponer frente al mundo la verdad.
Durante varios años y 4 películas fuimos engañados. Creímos en sus raíces, sus costumbres, y fundamentalmente que su color era otro. Pero no. Shrek no es verde, es negro.
Viva Morgado. Viva Rachid. Viva la diversidad.